Los tejidos antiestrés son uno de los avances más importantes en el cuidado pasivo de la salud. Descansar sobre este tipo de tejidos tiene consecuencias positivas tanto en el plano mental como en el físico. El estrés está catalogado como una de las peores amenazas para la salud en las sociedades modernas.
Efectos del estrés
El estrés es una reacción natural e instintiva del organismo que nos ayuda a estar alerta. Sin embargo, con el acelerado ritmo de la vida moderna se ha transformado en un generador de enfermedades que afecta a todas las partes de nuestro cuerpo.
El sistema respiratorio es uno de los perjudicados de los efectos del estrés humano. Cuando nos sentimos presionados tenemos más dificultades para respirar. Las personas que sufren un estrés prolongado tienen tendencia a la hiperventilación y pueden sufrir sensaciones de ahogo que pueden desencadenar ataques de ansiedad o de pánico.
El estrés debilita nuestro sistema inmunitario y nos hace más propensos a contraer enfermedades. Cuando nos encontramos en estado de ansiedad el cuerpo libera la hormona cortisol, que inhibe el sistema inmunológico y nos deja indefensos ante las infecciones.
Los huesos y los músculos también sufren los efectos de nuestro estado de ansiedad. Cuando nos estresamos los músculos se tensan y se contraen, provocando lesiones recurrentes de espalda y cuello. El estrés provoca dolores de cabeza como migrañas y cefalea.
Se dice que en el estómago se ubica el segundo cerebro. El sistema endocrino es clave para la regulación del estado de ánimo, el crecimiento y el desarrollo. El estado de alerta constante provoca que el hígado genere glucosa para abastecernos de energía. Si el organismo no consigue asimilarla puede acarrearnos problemas como la diabetes.